.png "English"){kind=small}
El 25 de mayo de 1810, hace 200 años, nacía formalmente lo que hoy conocemos como la República Argentina. Aquella revolución no pudo cumplir con las tareas que la historia le asignaba porque la naciente burguesía argentina no cumplió, en su rol dirigente, con la independencia de nuestro país. Apenas se hizo cargo del aparato Estatal y buscó un socio mayor que le permitiera desplegar su dominación política sobre el proletariado. Mientras que el pueblo puso su sangre para liberarse de la opresión colonial, la oligarquía terrateniente y la burguesía comercial pasaron a ser sus nuevos subyugadores aliados al capital financiero inglés, los beneficiarios de la nueva situación de explotación.
La burguesía argentina entonces desarrolló todos los instrumentos de dominio que le permitió su Estado, el Estado Burgués: instrumentos políticos, económicos, militares. Así, la burguesía desarrollo su dominación política sobre el proletariado con sus dos formas habituales de violencia: la física y la del engaño.
La prepotencia física se vio en la falsamente llamada “conquista del desierto” (curioso desierto, poblado por cientos de comunidades aborígenes), o con las brutales formas con la que clase enemiga acalló al pueblo como en la Semana Roja de 1909, la Semana Trágica de 1919, la insurrección de los ovejeros de la Patagonia de 1921, Paso de Los Libres en 1933, etc.
Pero no solo con violencia física la burguesía logró ejercer su dominio, también con la violencia del engaño en sus falsas promesas a los inmigrantes que venían a poner su hombro al desarrollo del país y ganaron las leyes de defensa social y de residencia. El Peronismo llegó al gobierno para acabar con el ascenso de las insurrecciones proletarias, con la naciente revolución argentina, con una política cuya directriz fue expresada por Perón en la bolsa de comercio: “ceder algo para no perder todo”. La burguesía intentaba convencer a amplios sectores del proletariado que las colaboración entre las clases podía llevar a nuestros país a niveles de prosperidad y de reparto de riquezas justos para todos. Así hasta que, en los 70’s, la burguesía no pudo sostener tales dádivas y tuvo que acabar a sangre y fuego con la organización de nuestro pueblo.
En fin, muchas cosas han cambiado en estos 200 años de historia. Han pasado innumerables politiqueros con sus falsas promesas, ha cambiado en modelo de acumulación económica, el país hegemónico mundial, etc. pero lo que no ha cambiado aún es la apropiación de nuestro trabajo por la burguesía.
En estas épocas de crisis económica mundial, la burguesía vuelve a trasladar el peso de su crisis sobre nuestras espaldas. Sigue beneficiándose de nuestra explotación manteniendo a como dé lugar su tasa de ganancia.
Por eso, a 200 años de aquella gesta, el proletariado debe organizarse para llevar acabo su revolución. Aquella que le de a nuestro pueblo lo que la burguesía no pudo ni quiso dar: el progreso para toda nuestra sociedad.
Unidad y Organización, el camino a la revolución
Organización Revolucionaria 19 de Julio
contacto: or19dejulio@gmail.com
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar